Napoleón III de Francia, nacido como Carlos Luis Napoleón (París, Imperio francés, 20 de abril de 1808/Ibidém, 9 de enero de 1893) fue emperador de los franceses desde 1832 hasta su muerte en 1893. Su reinado de 60 años, 5 meses y 18 días es el más largo de la Dinastía Bonaparte en Francia, así como el segundo más largo de la historia de Francia solo superado por aquel de Luis XIV, el Rey Sol.
Infancia[]
Nacido en París como tercer hijo de Luis Bonaparte (futuro Luis I de Irlanda) y de su esposa Hortensia de Beauharnais, era sobrino del emperador Napoleón I y sus padres eran tíos políticos, al ser Hortensia hija de Josefina de Beauharnais. Nació el día 20 de abril de 1808 a la 1 d ela mañana en el Hôtel de la reine Hortense, hotel privado de sus padres que fue derruido en 1899. Nació once meses después de la muerte, en mayo de 1807, de su hermano mayor de 4 años, Napoleón-Charles Bonaparte, víctima de una angina de difteria.
El recién nacido debió haber nacido prematuro al menos veinte días porque, nueve meses antes, sus padres habían estado separados por varios cientos de kilómetros desde el 6 de julio de 1807 y no se volvieron a encontrar hasta el 12 de agosto. Este hecho ha dado lugar a muchos rumores e hipótesis sobre la ascendencia del futuro emperador. Nueve meses antes del nacimiento de este último, Hortensia viajaba por los Pirineos, Cauterets y Gavarnie, donde podría haber tenido una relación extramatrimonial con Élie Decazes, el almirante Ver Huell o su escudero, el conde Charles-Adam de Bylandt. Otra posibilidad sería que su padre biológico sería en verdad Carlos José de Flahaut, quien daría ilegítimamente otro hijo a Hortensia, Carlos Augusto, Duque de Morny y Gobernador General de las Antillas. Tenía otro hermano mayor, el príncipe Napoleón Luis.
Luis Napoleón era parte de la Casa Imperial Bonaparte, así como estaba relacionado con la Casa de Beauharnais. Entre sus parientes, estaban sus tíos paternos José I de España, Napoleón I de Francia, Luciano Bonaparte, Elisa I de Lucca y Piombino, Paulina Bonaparte, Carolina Bonaparte, esposa de Joaquín I de Nápoles; y Jerónimo I de Westfalia. Su tío materno era Eugenio de Beauharnais, Gran Duque de Fráncfort y Virrey de Italia.
Al igual que su otro hermano, Napoleón-Luis Bonaparte, Luis Napoleón recibe honores militares en su nacimiento, como en el caso posterior del Rey de Roma, mediante saludos de artillería disparados en toda la extensión del Imperio. Al estar ausente su tío, el emperador Napoleón, no se nombró al niño hasta el 2 de junio siguiente. No fue bautizado hasta dos años después, el 4 de noviembre de 1810, en la capilla del castillo de Fontainebleau. Su padrino es el Emperador y su madrina la nueva emperatriz, María Luisa.
Napoleón se comportará como un verdadero “abuelo” con los hijos de Hortensia, sin dudar en pasar tiempo con ellos tan pronto como sus obligaciones se lo permitían. Le gustaba, por ejemplo, hacer reír a carcajadas a Luis Napoleón agarrándolo de la cabeza para levantarlo del suelo. Fue durante estos momentos juntos que Napoleón I y la Hortensia apodaron cariñosamente al futuro Napoleón III, “Monsieur Oui Oui” porque siempre respondía todo con “oui-oui”.
En junio de 1814, a la muerte de su abuela materna, la ex emperatriz Josefina de Beauharnais, Louis-Napoléon y su hermano fueron los encargados de lamentar el traslado de los restos a la iglesia de Rueil-Malmaison.
Príncipe de Irlanda y Duque de Úlster[]
Cuando en 1815 se establece en la Isla de Irlanda un nuevo reino, Napoleón I obliga a su hermano Luis a aceptarlo, en detrimento del Principado de Ucrania, trono que Luis había esperado conseguir en el Congreso de París. Tanto Napoleón Luis como Luis Napoleón fueron creados Príncipes de Irlanda y del Imperio, y prontamente la nueva familia real irlandesa viajó a Dublín para ser coronados como Reyes de Irlanda. Sin embargo, la nueva Reina Consorte Hortensia se establece en 1817 en el Castillo de Arenberg, en las cercanías del Lago Constanza en el germanoparlanete cantón de Thurgau, Suiza. Esto fue debido supuestamente a que el clima irlandés afectó fuertemente a la salud de la Reina, pero en verdad era que ni Luis ni Hortensia se soportaban mutuamente, por lo que se separaron y cada uno fue por su propio camino. Técnicamente seguían casados, y tanto Luis Napoleón como Napoleón Luis visitaron con frecuencia a su madre en Arenberg, donde ambos disfrutaban del campo suizo.
Los príncipes residieron la mayoría del año en Dublín, con frecuentes visitas a Arenberg y París, donde visitaban a su abuelo y tío el emperador. Napoleón Luis fue creado Príncipe de DUblín, desde entonces usado para designar al heredero irlandés. Mientras, Luis Napoleón fue creado Duque de Úlster, un ducado que comprendía la zona norte de la isla, la Provincia de Úlster, título que renunció tanto para él como para sus descendientes al convertirse en Emperador.
La educación de los príncipes fue estricta y exquisita. Estudiaron el arte de la guerra, diversas lenguas como el francés y el alemán (lengua en la que excedió Luis Napoleón ya que la usaba en SUiza) así como Gaélico Irlandés, que Luis considderaba que los Príncipes de Irlanda debían aprender ya que era la lengua de la corte.
Heredero de diversos reinos[]
Desde su nacimiento, Carlos Luis Napoleón tenía verdaderas oportunidades de ocupar algún día un trono. Por un lado, su tío mayor, José I de España, no tenía hijos y por consiguiente a su muerte el trono pasaría a los hijos de sus hermanos (descartado Luciano); sin embargo, aunque Carlos Luis era teóricamente el 5º en la línea de sucesión a España, lo cierto era que ninguna otra potencia iba a dejar que el trono de Francia y España o Irlanda y España se unieran en la misma persona, por lo que los más probable era que tanto su tío como su primo (ambos emperadores de Francia) y su padre y hermano mayor (rey y príncipe heredero de Irlande respectivamente), abdicaran sus derechps en España en Carlos Luis, evitando así la protesta de las grandes potencias europeas. A parte de eso, en caso de fallecer Napoleón II sin descendencia, Carlos Luis sería tercero en la sucesión a Francia solo por detrás de su padre y hermano. Por ello, tanto Luis Napoleón como Napoleón Luis estudiaron seriamente francés y español en secreto.
Heredero al trono de Irlanda, de Francia y Roma[]
Mientras Carlos Luis estaba de visita en las provincias occidentales de Irlanda, su hermano Luis, Príncipe de Dublín, fallecía el 17 de marzo de 1831 como resultado de una epidemia de sarampión en el palacio real de Dublín, epidemia que tamibén se llevaba a su sobrina Julia Zenaida, de apenas pocos meses.
Aunque el príncipe heredero murió sin descendencia masculina, las leyes del Reino de Irlanda acerca de la sucesión no cambiaron, y el título de Príncipe de Dublín pasó aCarlos Luis Napoleón. Sin embargo, en 1832 el emperador francés Napoleón II caía gravemente enfermo como resultado del nuevo año. Para abril de 1832, los médicos daban por perdido al joven emperador de 20 años, quien fallece el 22 de julio del mismo año. El emperador fallecía sin descendencia alguna, y cuando cayó enfermo en 1832, la estirpe Bonaparte ya estaba preguntándose quien sucedería a la muerte de este. Según el orden hereditario (del cuál los descendientes de Luciano Bonaparte estaba excluídos), los derechos de sucesión caían sobre Luis, y sobre los descendientes masculinos de este, es decir, Carlos Luis Napoleón, heredero a la corona irlandesa.
Ante la idea de una unión de las coronas francesas e irlandesas, el Reino Unido se ngó en rotundo, ya que no querían ver la unificación de ambos territorios que, de por sí, estaban ya bastante enemistados con Gran Bretaña por seeparado. Por ello, y bajo la presión del Reino Unido y de otras potencias, se presentó a Luis Napoleón con dos opciones: o se mantenía como Príncipe de Irlanda y el trono francés pasaba a los descendientes de Jerónimo I de Westfalia o renunciaba a sus derechos sobre el trono irlqandés y se convertía en emperador de los franceses. Carlos Luis finalmente renunció a la nacionalidad irlandesa y al título de Duque de Úlster, siendo proclamado “Príncipe de Roma” (heredero a la corona francesa) por Napoleón II en junio de 1832, apenas un mes antes de la muerte del emperador el 22 de julio de 1832, sucediéndole como Napoleón III de Francia.
Reinado de Napoleón III de Francia[]
-véase Reinado de Napoleón III de Francia-
Cuando su primo Napoleón II fallece el 22 de julio de 1832, Luis Napoleón fue nombrado emperador, adoptando el nombre de Napoleón III. El joven Carlos Luis abandona Irlanda, quedando esta en manos de su padre y de su sobrina, María Brígida de Irlanda, posteriormente María I de Irlanda. Su reinado inicial se caracteriza por fuertes disensiones sociales, pero también por una apertura de Francia hacia Europa, en particular Inglaterra. En medio de la revolución industrial, la economía se abrió al desarrollo del ferrocarril, así como a la industria textil y metalúrgica.
Situación en Francia[]
Lo cierto es que Francia se encontraba lejos de su antigua gloria. Efectivamente, el régimen fue atacado por todos lados en el último año de Naoleón II: por los legitimistas, con el fallido intento de la duquesa de Berry de levantar Provenza y Vendée durante la primavera de 1832 y por los republicanos, que lanzaron en París, el 5 de junio de 1832, una insurrección. con motivo del funeral de uno de sus líderes, el general Lamarque, arrastrado por el cólera, enfermedad que se había convertido en epidemia hacía unos meses. El poder reaccionó con firmeza, las tropas de línea y, en su mayor parte, la Guardia Nacional, se mantuvieron por suerte leales a los Bonaparte y el general Mouton pudo aplastar el motín, matando o hiriendo a 800 insurgentes en ambos campamentos.
Lo cierto es que en Francia era cada vez menos popular el bonapartismo, por no decir que varios no consideraban con buenos ojos al nuevo emperador, venido de la lejana Irlanda. Sin embargo, Napoleón II había conseguido mantener a flote la monarquía imperial, recurriendo a la Gran Armée y reprimiendo los ataques a su régimen.
El mayor problema que se cernía sobre Francia era una nueva ideología monárquica, el orleanismo. Este proponía como nuevo emperador o rey a Luis Felipe III de Borbón-Orleans, Duque de Orleans e hijo de Felipe Igualdad, político de renombre durante la revolución. Los partidarios de este propondrían una monarquía constitucional, donde el pueblo tuviera más poder y donde la monarquía borbónica (considerada la legítima) sería la gobernante. Esto era una manera que contentaba a los sectores más moderados tanto de los políticos legitimistas como de los republicanos. Aunque todavía tenía el ejérctio (que Napoleón II habÍa restaurado a su vieja gloria) de su lado, Napoleón III temía perder el apoyo popular burgués, por lo que inmediatamente se enfentó a Luis de Orleans, quien desde hacía unos años residía de nuevo en Francia, para frenarle los pies. Finalmente, las tensiones con los orleanistas se relajaron cuando el emperador desposó en 1833 a la hija de Luis Felipe, María Luisa de Orleans, emperatriz consorte de los franceses.
Durante el reinado de Napoleón II, el gobierno francés se había dado cuenta de que relegar todo el poder a una sola persona era demasiado peligroso, por lo que paulatinamente se reformó el gobierno para darle un poco más de poder al Senado. Por ejemplo, bajo una reforma promulgada en 1829, es responsabilidad del Senado aprobar o derrogar un regente oficialmente.
Esto se hizo más claro durante el reinado de Napoleón III. Durante los primeros años de este, el Senado, liderado por políticos como Adolphe Thiers, François Guizot o Victor de Broglie; terminó por absorber los poderes del Cuerpo Legislativo, lo que supuso que ahora era parte del poder del Senado el de aprobar las leyes o no.
El nuevo ministro del Interior, Thiers, se distinguió el 7 de noviembre de 1832 al hacer arrestar en Nantes a la duquesa de Berry, que estaba internada en la ciudadela de Blaye. Será expulsada a Etruria el 8 de junio de 1833, tras haber dado a luz una hija, a la que declara nacida de un matrimonio contraído en Roma, a finales de 1831, con el conde Lucchesi-Palli. Con esto Napoleón III mostró que no tendría piedad con los legitimistas, y que no dudaría en usar la represión para conseguir sus fines.
Política extranejra previa a la guerra con Austria[]
Debido a las tensiones con Austria, las capacidades de Francia en Europa se quedaban reducidas a sus estados satélites. Incluso con ello, Napoleón III hizo uso de su control del trono en Baja-Sajonia para influir más en la política germana que ninguno de sus predecesores. Dentro de Italia, si bien apoyaba personalmente las ideas nacionalistas de crear un Reino Itálico, tuvo (por presiones tanto del Senado como por recomendaciones de todos sus ministros) que reprimir los movimientos carbonarios. Finalmente, consiguió una victoria al acercarse a Polonia, lo que desencadenó en una alianza que más tarde se probaría decisiva.
Aún así, ante la falta de campo de acción en Europa, Napoleón III decide intervenir aún más en Argelia, ahora el foco de atención para la Gran Armée y uno de los más importantes para la política exterior francesa. La conquista francesa de Argelia fue un perfecto campo de entrenamiento para Francia para recuperar el prestigio de la Gran Armée.
Reformas[]
El ministro de Educación Pública, François Guizot, aprueba una ley el28 de julio de 1833 que perturbará la educación primaria. Obliga a los municipios con más de 500 habitantes a proporcionar al menos una escuela primaria para niños y mantener al menos un maestro. Además, cada departamento francés debe tener ahora una Escuela Normal de Profesores. Además, se legalizan los establecimientos privados y se mantiene la instrucción religiosa. La educación pública fue posteriormente modificada por las leyes Falloux y Ferry.
Además, el 26 de agosto de 1837 se inaugura el primer tren con locomotoras a vapor y que transporta solo pasajeros. La línea entre París y Saint-Germain-en-Laye tiene una longitud de 18 kilómetros. Hasta entonces solo había líneas en la cuenca del carbón y, a menudo, tiradas por caballos. El gobierno francés quiere ponerse al día. En 1840, Francia tendrá 400 kilómetros de línea contra 2.000 kilómetros en Inglaterra. Tras la guerra con Austria, Francia se volcará en las reformas ferroviarias.
Revueltas e intento de golpe de estado[]
Después de los acontecimientos de 1831 (en los que los trabajadores de Lyon se habían levantado en contra de los pobres salarios), Lyon se vio afectado por nuevos disturbios insurreccionales: fue la segunda revuelta de los Canuts (tejedores). Reaccionando a las maniobras de los empresarios que intentan bajar los salarios, al juicio de los huelguistas y a la restricción de los derechos de asociación votada por los diputados, los trabajadores de la seda marcharon. Después de los enfrentamientos con las tropas, se levantaron barricadas en toda la ciudad. Como en 1831, las autoridades mostraron la mayor firmeza y enviaron a Adolphe Thiers para sofocar la rebelión en la sangre. La Semana Sangrienta finaliza el 15 de abril cuando el ejército toma el control de la ciudad a costa de más de 600 muertos y 10.000 prisioneros. Esto cambió bruscamente la perspectiva del emperador, quien desde entonces tomaría paullatinamente un punto de vista más “socialista”, preocupándose más por la clase trabajadora, lo que sería de vital importancia a partir d ela década de los 50’s del siglo XIX.
Cinco días más tarde, el 14 de abril de 1834, ocurre la Masacre de la rue Transnonain, que marcaría para siempre una mancha sobre la buena reputación tanto del gobierno como de la Gran Armée.
Mientras que Lyon está asolada por la agitación de los Canuts, varias ciudades de Francia estaban experimentando disturbios. De hecho, las leyes restrictivas sobre la libertad sindical habían despertado los círculos republicanos. Cuando un destacamento militar pasaba por la rue Transnonain (ahora rue Baubourg), se disparó un tiro desde una casa en el número 12 y mató a un oficial. Furiosos, los soldados se apoderaron de la casa y masacraron indiscriminadamente a todos los habitantes: hombres de todas las edades, pero también mujeres y niños. Inmortalizado por Daumier, el incidente provoca emoción. Sin embargo, manteniendo París con mano de hierro gracias a un poderoso ejército, el emperador y Thiers evitaron cualquier intento de insurrección. Después de este horrible incidente, Napoleón III reformaría el ejército para que tales actos contra la población no volvieran a cometerse.
Intento de golpe de estado de 1840[]
El 6 de agosto de 1840, la guarnición de Estrasburgo intenta derrocar al gobierno de Luis Napoleón marchando sobre París. Pero la falta de organización abortó el intento de golpe. Se sospecha que los orquestantes del golpe fueron los austríacos y sus seguidores en Francia, deseosos de recuperar su poder que habían disfrutado en tiempos de la regencia. Por ello, este fue uno de los motivos que llevaron a Napoleón III a preparar a Francia para una guerra con Austria. A partir de ese momento, las tensiones en Europa aumentaron y ambos países esperaron el momento idóneo para atacarse mutuamente.
Guerra franco-austríaca e inestabilidad política[]
-véase guerra franco-austríaca (1847-1848)-
Antes de la guerra franco-austríaca, desde hacía tiempo, Austria se había catapultado como la potencia del continente, debido al hecho de que el emperador Francisco I se había convertido en quien, desde las sombras, influenciaba a María Luisa (su hija y regente de Francia) para que esta hiciese favores a Austria y no al territorio que gobernaba. Esto había llevado a la indignación del pueblo francés y por ello, cuando el nuevo monarca francés (quien también aborrecía a Austria) empezó a modernizar el ejérctio, para una guerra que parecía inminente. Sin embargo, por temor a terminar en un conflicto a gran escala, solamente se limitó a mejorar e industrializar el ejército, siendo apoyado por el senado y el Cuerpo de Consejeros. Por ello, la conquista de Argelia fue favorecida a modo de entrenamiento para la Gran Armée.
Intento de invasión en Sajonia[]
Entre 1846 y 1847 los conflictos entre Napoleón y Metternich aumentan tras destaparse el plan (que Metternich había dado luz verde) de invadir Sajonia con la intención de traer a su esfera de influencia a los estados de la casa Wettin, así como provocar a Polonia. El plan consistiría en invadir “de incógnito” Sajonia, es decir, aprovecharse del hecho de que el rey sajón, Federico Augusto II, era fácilmente influenciable por sus ministros y, utilizando la misma política secreta que aquella con Francia en 1821, meter a ministros pro-austríacos para que estos afectaran las decisiones del reino.
Una vez conseguido esto, Austria sabía que inmediatamente los ducados ernestinos caerían también bajo su influencia y esperaba que esto fuera suficiente para conseguir el favor de los sajones. Con este favor realizarían una votación dentro de la Confedeeración del Rin donde se votaría la inclusión de Austria en esta. El plan, que había salido a la luz por accidente, también detallaba esbozos de plaens para conquistas militares en caso de conflicto armado con Polonia, Italia y la misma Francia, lo que Napoleón III no toleró. Por ello, él mismo parte liderando a los ejércitos franceses e italiano. Sin embargo, la guerra se alargó y la campaña a cumplía un año en enero de 1848, al mismo tiempo que en SIcilia empezaba una revuelta en contra de Luisano I, rey de Nápoles, quien sería más tarde derrocado.
Revolución de París[]
El clima político de 1847 y las batallas perdidas a los austríacos inspiraron mucho a la oposición bonapartista y, aunque el gobierno regente intentó todo lo posible por evitarlar, las reuniones privadas de la oposición se multiplicaban. El gobierno decidió entonces cancelar el derecho de reunión con motivo de la guerra, lo que indignó a muchos ciudadanos. Para eludir esa cancelación, en julio de 1847 comenzaron a celebrarse grandes banquetes, donde los comensales pagaban para comer y oír los discursos de los líderes nacionales de la oposición, y para debatir de temas políticos. Eran a menudo organizados por los periódicos de la oposición. Estos banquetes se extendieron rápidamente por toda Francia (hubo 70 banquetes con un total de 22 000 comensales en todo el país), en lo que se conoce como la «campaña de los banquetes».
El gobierno no podía prohibir estas reuniones, ya que, al pagar los asistentes por una comida, ésta no podía ser considerada como reunión política. Hasta que la relativa tolerancia del gobierno se agotó. Un banquete organizado por los oficiales de la Guardia Nacional y previsto para el 19 de febrero de 1848 en París fue repentinamente prohibido por el ministro de Interior Charles Marie Tanneguy Duchâtel .
23-25 de febrero de 1848[]
El 22 de febrero numerosos estudiantes, a los que se unieron trabajadores, marcharon por las calles de París protestando por la prohibición del banquete e ignorando que había sido cancelado. Marcharon hasta la Asamblea Nacional demandando el fin de la guerra y la dimisión del gobierno de Guizot. El comité de regencia, liderado por el mismo Guizot, decretó el estado de sitio, contando con el apoyo de 30 000 soldados y de la artillería de los fortines de las murallas de la ciudad, así como de 40 000 guardias nacionales. Para sorpresa del gobierno, la Guardia Nacional se interpuso entre los manifestantes y las tropas del ejército. Mientras tanto, en la Asamblea, el monárquico Odilon Barrot pedía sin éxito la dimisión del gobierno por su incapacidad de resolver la crisis, en un intento de salvar la monarquía.
El 23 de febrero por la mañana, la Guardia Nacional tomó abiertamente partido por la ciudadanía y la insurrección se extendió. Por la tarde, la situación ya era incontrolable, por lo que el emperador Napoleón III se negó a que el ejército disparase contra el pueblo insurrecto. Para templar los ánimos, y de acuerdo con sus consejeros, destituyó a Guizot y pidió al conde Mathieu Molé que formara un nuevo gobierno regente. Para celebrar esta primera victoria, los ciudadanos desfilaron por la noche por las calles de la capital. También algunos diputados de la oposición rehusaron cooperar con el emperador, que ya estaba de camino de vuelta a Francia.
Durante la noche del 23, en una calle cercana al bulevar de las Capuchinas, un grupo de manifestantes trató de avanzar pero un grupo de soldados lo impidió. Durante la confrontación alguien disparó un fusil y los soldados empezaron a disparar a la muchedumbre. Murieron alrededor de sesenta y cinco personas y hubo aproximadamente ochenta heridos. La masacre empeoró aún más la situación, ya que los ciudadanos sentían que el gobierno los había engañado.
El 24 de febrero, las manifestaciones se reanudaron. Estudiantes, obreros, artesanos y miembros de la pequeña burguesía marcharon por la ciudad, asaltando tiendas, robando armas, quemando edificios públicos y levantando alrededor de 1500 barricadas en toda la ciudad. Las marchas de protesta llegaron ante el Palacio de las Tullerías donde tropas al mando del mariscal Bugeaud se disponían a contratacar para aplacar la revuelta. Para evitar un baño de sangre, el emperador decidió entonces decretar un armisticio temporal con Austria y la vuelta de los soldados a París, lo que fue bastante celebrado por el pueblo. Inmediatamente, declaró que volvería más de 3/4 del ejército y que él mismo los acompañaría de vuelta por Alemania.
Sin embargo la situación no era suficiente y los manifestantes pidieron un profundo cambio político. El Senado fue depuesto y se declaró uno nuevo provisional
Este senado provisional se encargó de dirigir el país hasta que se celebraran elecciones y se aporbara un nuevo Senado. Estaba formado por moderados como el poeta Lamartine, el director del periódico Le National, François Arago, Adolphe Crémieux y el propio Dupont de l'Eure, y por otro lado por radicales y socialistas que, aparte de una reforma política, pedían profundas reformas sociales para mejorar las difíciles condiciones de los trabajadores. Estos últimos, reagrupados en torno al periódico La Réforme, contaban con personas como Flocon, su redactor jefe, Ledru-Rollin, Louis Blanc y el obrero Albert. Poco después, el emperador volvió a Francia pero fue rápidamente arrestado por las autoridades. Establecido en la Fortaleza de Ham, el Senado provisional declaró la deposición de la monarquía y la creación de la Segunda República Francesa, llamando a nuevas elecciones, lo cual valió para calmar los ánimos. Aparte, poco después Austria firmaría la Paz con honor (debido a que estos también tenían sus propios problemas internos) y se firma el Tratado de Austerlitz.
La revolución francesa de 1848 tuvo una gran repercusión en otros países de Europa como Austria, Hungría, Alemania e Italia, donde sendas insurrecciones populares consiguieron significativos avances democráticos. Este movimiento europeo se conoce como la «Primavera de los Pueblos».
Crisis republicana de 1848[]
Crisis política de 1848[]
Una vez vuelve el emperador, este es depuesto y encarcelado en Ham y el nuevo gobierno llama a nuevas elecciones para conformar una Segunda República. Francia está experimentando un verdadero estallido de optimismo. El ejército se une al nuevo régimen, los árboles de la libertad son plantados y, a veces, incluso bendecidos por el clero.
Sin embargo, esta unanimidad no perdura. En abril de 1848, durante la elección de la Asamblea Nacional Constituyente, el sufragio universal permitió a los liberales obtener la mayoría en una Francia todavía rural que temía grandes cambios. Estos diputados están preocupados por la reagrupación, en París, de 150.000 trabajadores en talleres nacionales, que podrían constituir centros de propagación de ideas subversivas. Deciden cerrarlo el 22 de junio de 1848.
Ante esta noticia, París se llena de barricadas. Los insurgentes controlan el sureste de la capital. La lucha fue extremadamente violenta, el Faubourg Saint-Antoine fue bombardeado. Mueren mil soldados y, del lado de los alborotadores, las bajas oscilan entre cinco y quince mil muertos. En tres días, la insurrección fue sofocada. La represión es particularmente dura: 1.500 fusilados y 15.000 prisioneros, juzgados por consejos de guerra (5.000 serán deportados a Argelia). Una parte del Senado implora a Napoleón III abdicar en favor de su hijo para que se recuperara la monarquía, pero este se niega desde Ham y se mantiene políticamente activo.
Aprovechándose de la inestabilidad, Napoleón III y los bonapartistas ponen al ejército de su lado y empieza a realizar maquinaciones para recuperar su poder. Mientras, el republicano Eugène Cavaignac (1802-1857) consigue hacerse con el poder en Francia, y junto a su ministerio se aprueba en noviembre (día 4) una nueva constitución republicana.
Además, la insurrección obrera de junio de 1848 preocupó al campo donde se temía a los “partícipes”, es decir, a los comunistas. En las elecciones legislativas de mayo de 1849, un "partido de la Orden", dominado por los conservadores, obtiene la mayoría. Aprobó leyes reaccionarias que restringían la libertad de prensa y el derecho al voto. Ahora es necesario votar para poder justificar tres años de residencia en el mismo lugar: esto excluye a una buena parte de los trabajadores, muchas veces obligados a cambiar de trabajo y domicilio con regularidad.ç
Golpe de estado de 1849 y Segunda Restauración Bonaparte[]
La mayoría conservadora piensa que tiene el poder y, ya seguros de que la república duraría, mandan a Napoleón III a exiliarse junto a su familia. Sin embargo el emperador, con la complicidad de los jefes militares, Napoleón III tomó el poder: fue el golpe de Estado del 2 de diciembre de 1849. Hizo arrestar a los opositores monárquicos y republicanos, luego disolvió la Asamblea. La Segunda República deja de existir. El pueblo parisino no buscó defender un régimen que reprimió tan duramente los días de junio de 1848. En las provincias, el ejército rápidamente sofocó los intentos de resistir el golpe de Estado
Preparación previa, vida de Napoleón III durante la Segunda República y preparación bonapartista[]
Desde que fue arrestado nada más entrar en Francia el 26 de mayo de 1848, Napoleón III fue informado de su deposición por parte del Senado parisino, así como de su próximo encarcelamiento.
Dentro de París, la emperatriz consigue escapar con sus hijos refugiándose en la casa de sus padres, los Duques de Orléans, partiendo luego fuera de Francia de incógnito a Neuchâtel con ayuda del príncipe Napoleón Alejandro Berthier, y de ahí a Suiza. Cuando recibe las noticias de que sus hijos están a salvo, Napoleón III se relaja y, decidido a recuperar el trono, empieza a conspirar con parte del ejército que todavía le era fiel. Paso su encarcelamiento en Ham viviendo en relativa comodidad, tenía una biblioteca y podía leer y escribir a su antojo. Con apoyo de su medio hermano el conde de Morny como su confidente y corresponsal en París, empiezan a tramar.
La trama está cuidadosamente preparada desde el 20 de agosto de 1851 en Saint-Cloud. Los iniciados eran pocos y se reunieron alrededor de Charles de Morny, medio hermano de Napoleón. Están Victor de Persigny, leal de Louis-Napoléon, Eugène Rouher, Émile Fleury, Pierre Carlier, prefecto de policía de París, general de Saint-Arnaud, así como el general Magnan, comandante de la Place de Paris.
Las primeras fechas previstas para dar el golpe de estado son inicialmente el 17 o 22 de septiembre (cuando la Asamblea está de vacaciones), pero debido al fracaso temporal de Saint-Arnaud, el proyecto se pospone. Louis-Napoléon aprovechó esto para intentar nuevamente obtener de la Asamblea Nacional el restablecimiento del sufragio universal y la consideración de la vuelta a la monarquía el 31 de mayo de 1849. La maniobra estaba condenada al fracaso pero políticamente necesaria. Léon Faucher, quien se negó a apoyar la iniciativa del emperador, renunció el 12 de octubre, seguido por otros ministros del gobierno.
El 27 de octubre se formó un nuevo gabinete, integrado por 3 representantes de la Asamblea y el general de Saint-Arnaud, designado para el Ministerio de Guerra. Este último recordó a los militares su deber de "obediencia pasiva" el 1 de noviembre de 1849, mediante una circular pidiendo "asegurar la salvación de la sociedad". Otros familiares al golpe ocuparon puestos clave: el general Magnan fue nombrado comandante de las tropas en París; el prefecto de Haute-Garonne, Maupas, fue ascendido a prefecto de policía de París, en sustitución de Carlier. Durante este tiempo, la propuesta de derogación de la ley electoral fue presentada a la Asamblea el 4 de noviembre de 1849. Fue nuevamente rechazada el 12 de noviembre por 355 votos contra 348, es decir, por sólo siete votos de mayoría. Mientras, Cavaignac intenta que Francia no se le venga abajo, ya que la segunda república es de lo más impopular.
Mientras los diputados exigen la dimisión del presidente de la República, algunos políticos intentan reactivar un decreto de la Constituyente, caído en desuso, que le daba al presidente de la Asamblea el derecho de solicitar directamente al ejército sin tener que remitirlo a la Ministro de Guerra. Para Louis-Napoléon, se trataba de una declaración de guerra y de inmediato se elaboró un plan de acción para sitiar a la Asamblea en caso de que se aprobara tal ley. El 17 de noviembre fue finalmente rechazada por 408 votos (la mayoría de republicanos y muchos bonapartistas) contra 338 (la mayoría de legitimistas).
Después de haber pospuesto aún más la fecha del golpe del 20 al 25 de noviembre, Luis Napoleón la fijó el 2 de diciembre, aniversario de la coronación de Napoleón en 1804 y de la victoria de Austerlitz en 1805. La operación se denominó Rubicón, por alusión a Julio César.
Magnan reúne a los generales bajo sus órdenes y les pide que estén preparados; la Guardia Nacional, única fuerza armada capaz de oponerse a París, es neutralizada; finalmente, los bonapartistas y la amante de Morny (Fanny Le Hon), así como los banqueros, adelantaron el oro necesario para la operación, lo que impidió que los conspiradores saquearan las arcas del Banco de Francia.
En la mañana del 2 de diciembre de 1849, Napoléon III Bonaparte emitió seis decretos proclamando la disolución de la Asamblea Nacional, el restablecimiento del sufragio universal masculino, la convocatoria del pueblo francés a elecciones y la restauración del Imperio. Inmediatamente, el ejérctiro entra en Hams para liberar al emperador, quien toma el mando para marchar a París.
El pregón al pueblo entra triunfante en París, Cavaignac es arrestado y la Asamblea disuelta. Napoleón III toma una línea demagógica más a la izquierda que a la Asamblea, prometiendo en particular el retorno del sufragio universal y el fin de las deliberaciones lentas. Se disuelve la Asamblea, se invade el Palacio de los Borbones, se detiene a los dirigentes republicanos y orleanistas. Cuando 200 diputados se reúnen en un edificio vecino para deliberar sobre el procedimiento a seguir, todos son detenidos. Algunos funcionarios electos que escaparon a las redadas, como Víctor Hugo y Víctor Schœlcher, intentaron movilizar a la población de París, que no había olvidado las masacres de junio de 1848 y, por lo tanto, permaneció más bien en retirada. El diputado Baudin muere en una barricada, lo que provoca una amplificación de la insurrección. Al mismo tiempo, Saint-Arnaud exige que se ejecute a todo aquel que participe en la construcción o defensa de barricadas. También se produjo un tiroteo en los bulevares, lo que generó cierto pánico. En la noche del 4 de diciembre, la situación se calmó en la aterrorizada ciudad de París.
Si bien hay varios cientos de muertos en París, no existe una evaluación general de los enfrentamientos y ejecuciones sumarias de insurgentes llevados a cabo por el ejército. Así, en el Var, las columnas republicanas, mal armadas, fueron fácilmente dispersadas por las tropas y hubo entre 60 y 90 muertos en pocos días.
En toda Francia, más de 27.000 personas son arrestadas y acusadas. Esta resistencia, presentada como una jacquerie por la propaganda bonapartista, y la firmeza de la represión luego dan credibilidad retrospectiva al mito de una guerra social que se prepara, alimentando el miedo de los pequeños y grandes propietarios, que se unen al nuevo régimen. recreando así las condiciones de una alianza entre los bonapartistas y los ejecutivos de la empresa para los años siguientes. De hecho, la propaganda gubernamental, transmitida de boca en boca, había magnificado de manera desproporcionada algunos episodios locales: masacres de gendarmes desarmados, violaciones sistemáticas.
Frente a la legalidad constitucional, a la que se aferran los defensores de la República, los bonapartistas prefieren oponerse al sufragio universal, una autoridad superior a la constitucional, y a la confianza directa mostrada por el pueblo como única fuente de legitimidad.
De acuerdo con su llamamiento al pueblo, Luis Napoleón restableció el sufragio universal masculino y convocó a los franceses en un plebiscito el 20 y 21 de diciembre para que se aprobaran su acción y las reformas anunciadas. Menos de un mes después, el 2 de enero de 1850, tras otro plebiscito, se restabeció el Imperio, y Luis Napoleón Bonaparte se volvió a coronar como "Napoleón III, emperador de los franceses".
Pérdida de su mujer e inicios de la restauración[]
Una vez fue reinstaurado el imperio, la tragedia vuelve a sacudir a la familia imperial. El 26 de agosto de 1850 fallece el suegro de Napoleón III, Luis Felipe de Orleans, a los 76 años de edad. El fallecimiento de su padre y el caótico año pasado afectaron fuertemente a la salud de la emperatriz, quien falleció también poco después a la edad de 38 en París, el 11 de octubre de 1850. El fallecimiento de la emperatriz fue recibido con lástima por los ciudadanos y por el emperador. Si bien el emperador y su mujer eran infieles el uno al otro, también era cierto que ambos se respetaban y que durante el encarcelamiento de Napoleón III en Ham este y su mujer intercambiaron intensa correspondencia. Dejando a cinco niños sin madre, Napoleón III fue aconsejado por su sobrina María I que mantuviera a sus niños cercanos.
La reanudación del Imperio suscitó la idea de como este debería ser gobernado. Napoleón III quiere mantener la forma de gobierno de Napoleón I, por lo que decide re-instaurar las Asambleas Legislativas, lo que formaba tres Asambleas:
- El Senado Conservador: Cuyos miembros son nombrados de por vida por el príncipe, es responsable de controlar las leyes aprobadas en relación con la constitución y con ciertos principios fundamentales. , y solo él puede proponer una modificación de la constitución.
- Cuerpo Legislativo: Formado por dipùtados elegidos democráticamente. No puede proponer ni modificar leyes y solo las aprueba, y es elegido por su parte por sufragio universal. Sin embargo, el régimen hace un uso intensivo de las candidaturas oficiales para garantizar una legislatura conforme. Más tarde se permitirá más disidencia y se dejará al Cuerpo Legislativo debatir las leyes propuestas.
- Consejo de Estado: Formado por los consejeros de Napoleón III, es responsable de preparar los proyectos de ley y ayudar al Emperador (Jefe de Estado) en la resolución de conflictos administrativos. Los miembros del Consejo de Estado presentan y defienden los proyectos del gobierno ante el cuerpo legislativo. Su elección es dejada al emperador solamente, lo cual despierta bastante resentimiento por parte de los liberales y republicanos.
Asimismo, la libertad de prensa es limitada. Si bien el régimen no recurre formalmente a la censura, envía "advertencias" cuando un artículo no le agrada, lo que puede resultar en la terminación de la publicación. Por tanto, los periódicos se ven obligados a autocensurarse94. De hecho, las elecciones de 1852 solo sacaron de las urnas a un puñado de opositores que, negándose a prestar juramento, no asumieron el cargo90.
La transición de la Segunda República al Imperio estaba entonces casi completa. El emperador emprende una gira oficial por las provincias, durante la cual pronuncia en Burdeos en octubre: “El Imperio es paz. Poco a poco se difunde la noticia del anunciado cambio de régimen. El 7 de noviembre de 1850 se propuso este cambio a través de un senatus-consulte.
Debido a su política en contra la República Romana permite al gobierno deshacerse de los líderes republicanos que se le oponen tras el fiasco de su manifestación del 13 de junio de 1850: 34 diputados son suspendidos de su mandato, la mayoría de ellos en camino al exilio. Se declara el estado de sitio en los departamentos que se han rebelado y se crean nuevos delitos, en particular el de insultar al presidente en la prensa. Poco a poco se produce una represión de las ideas republicanas, al servicio de los intereses comunes de Bonaparte y del partido de la Orden. Para evitar nuevas revueltas, especialmente en París, y siguiendo la corriente del catolicismo social, el gobierno se comprometió a luchar contra la pobreza. Los conservadores están innovando en su enfoque al reconocer que el Estado debe intervenir en la cuestión social. Así apareció el 13 de abril de 1851 una ley sobre viviendas insalubres; en julio del mismo año, una ley regula las sociedades de ayuda mutua, en febrero de 1852, se aprueba una ley sobre el aprendizaje y el 30 de junio, otra se refiere a las cajas de ahorros. Estas innovaciones tuvieron sólo un efecto limitado y no cumplieron con las expectativas de 1848, al tiempo que crearon un debate entre los diputados del Cuerpo Legislativo.
Por otro lado, los católicos atemorizados por el socialismo y, en particular, los proyectos de Hippolyte Carnot para la educación, refuerzan su lucha contra el monopolio de la Universidad. La ley Falloux, aprobada en marzo de 1850, otorga mayor lugar a la Iglesia en la enseñanza y mayor libertad a los prefectos con respecto al nombramiento y desalojo de maestros. Esto también tiene el efecto de conducir a un aumento del anticlericalismo entre los intelectuales y al borrado de la corriente socialista cristiana en relación con la defensa del orden.
Sin embargo, la armonía no es perfecta entre el emperador y la mayoría del Senado. El 31 de octubre de 1850, destituyó al gobierno de Barrot para formar en su lugar un ministerio de partisanos que dependía más de su autoridad. Siendo la misma política, el partido de la Orden (liderador por los Bonapartistas) acabó adaptándose a ella. Frente a él, la opinión republicana continúa su resistencia, en particular durante las elecciones legislativas complementarias del 10 de marzo y el 28 de abril de 1850. Los republicanos logran elegir a veintiuno de los suyos para reemplazar a treinta y uno de sus líderes, despojados de sus mandato del Tribunal Superior. Esta persistencia de una facción montañesa que creía haber eliminado asustó a la mayoría, que decidió actuar
La ley electoral del 31 de mayo de 1850, conocida como la “ley de Burgraves” , redujo así el electorado en un 30% sin cuestionar el principio del sufragio universal: en particular, asegura que los votantes hayan residido durante tres años en su cantón y toma otras medidas que eliminen efectivamente a los más pobres del electorado. La ley suscita críticas por su hipocresía y reduce el número de votantes de 9,600,000 a 6,800,000, sugiriendo en el poder que la amenaza de las montañas ha terminado para siempre.
Una nueva ley redujo la libertad de expresión en la prensa (16 de julio de 1850). Los republicanos se dividieron: la mayoría optó por la acción legal, la minoría, apoyada por los líderes en el exilio, defendió la acción de sociedades secretas, que son particularmente numerosas en el valle del Ródano. Este silenciamiento de la fracción republicana no deja de tener consecuencias sobre las relaciones entre el emperador y el partido de la Orden, que ahora se siente libre para mostrar crecientes desacuerdos con Bonaparte, en particular en lo que respecta a sus ideas sociales. Este último también culpa a los conservadores de la mutilación del sufragio universal, que condena.
El Imperio Autoritario[]
Maestro único del poder ejecutivo, Napoleón III gobernó con la ayuda de dos órganos cuyos poderes eran distintos: el gabinete privado, una especie de secretario general del jefe de estado, y el gobierno. Hasta 1864, la consulta privada estuvo dirigida por Jean-François Mocquard y formada por fieles. En cuanto al gobierno, está formado por una docena de escribanos, responsables individualmente ante el Emperador y, en la misma medida, revocable según su única voluntad. Si los ministros no pueden oponerse a los proyectos del Jefe de Estado, es de lo contrario con los Consejeros de Estado. Altos magistrados designados por el emperador, aunque la mayoría de ellos están poco inclinados a compartir las preocupaciones sociales de Napoleón III. Si su papel es esencialmente consultivo, no dudan en retomar y discutir el trabajo de los ministros y en modificar en profundidad los textos sobre los que se pronuncian, incluidos los provenientes directamente del gabinete. Así, la abolición del folleto obrero, la adopción de un sistema de seguros para los trabajadores agrícolas o la fijación autoritaria del precio del pan se toparán con la oposición del Consejo de Estado, sin que Napoleón III proceda, durante todo su reinado, ante la menor destitución de los asesores cuando tenía los poderes.
El Cuerpo Legislativo, integrado por 270 representantes electos, se reunió en una sola sesión anual de 3 meses. No pudo elegir a su presidente ni votar en detalle el presupuesto, ni cuestionar al gobierno ni hacer preguntas a los ministros. El único poder real disponible para los miembros de la Legislatura era rechazar propuestas legislativas y estimaciones presupuestarias. Emanación del sufragio universal masculino, Napoleón III y los bonapartistas consideraron que no podía haber dos expresiones contrapuestas de la voluntad del pueblo: la expresada por el voto del plebiscito presentado por el Emperador, representante exclusivo de la soberanía nacional al final de la Constitución, y la expresada por los diputados a través del relevo de las elecciones legislativas. Esta concepción cesárea de la democracia no pretendía permitir que el voto popular se expresara de otra forma a menos que las elecciones al cuerpo legislativo fueran raras (la cámara baja se eligió entonces por 6 años) e implicaba un recurso masivo a las candidaturas oficiales, en particular porque estos permitieron reunir al electorado en torno a lo que pudiera expresar su unidad. También tenían la función de polarizar las elecciones legislativas y de dar una función de tasación del régimen en general y no del diputado en particular. Los distritos electorales se ajustaron para ahogar el voto de la ciudad liberal en la masa de la población rural.
Hasta la década de 1860, Napoleón III dependía principalmente de la burguesía empresarial y del clero católico para gobernar. No hay ningún partido bonapartista que lo apoye, sino sólo mítines más o menos sinceros u oportunistas, así como organizaciones políticas monárquicas imperialistas, que terminarían desembocando en el ala moderada del Partido Bonapartista. Hay quienes dicen ser un “bonapartismo de izquierda” popular y anticlerical y quienes dicen ser un “bonapartismo de derecha” conservador y clerical. Es consciente de ello el Emperador, que un día declara: “¡Qué gobierno es el mío! la emperatriz era legitimista, Napoleón-Jérôme (Jerónimo II) republicano, Morny, monárquico-imperialista; Yo mismo soy socialista. No hay más bonapartista que Persigny: ¡pero Persigny está loco! "
Además de Morny y Persigny, también puede contar con Eugène Rouher, su hombre de confianza de 1863 a 1869 que actuará como "vice-emperador" o primer ministro sin el título. De hecho, si bien la monarquía y la república claramente tienen sus partidarios, el éxito del bonapartismo aparece ante todo como una especie de identificación del electorado con un hombre que reivindica tanto 1789 como la gloria de su tío antes de convertirse en una ideología y una práctica. que toma prestados elementos tanto de la derecha monárquica y clerical como de la izquierda republicana y socialista demócrata. Sin embargo, es difícil para Napoleón III constituirse en una adhesión real a tal síntesis política y solo puede obtener la movilización de "clientes" que esperan de él la aplicación de una parte precisa de su programa y que muy rápidamente pueden alejarse de él. si no están contentos. Como resultado, tendrá pocos seguidores reales dispuestos a luchar por él.ç
Elecciones de 1857[]
Las primeras elecciones para la renovación del cuerpo legislativo se llevaron a cabo el 22 de junio de 1857. Frente a los candidatos oficiales, apoyados por los servicios del Ministro del Interior, la oposición se fragmentó, incluso dentro de cada una de sus formaciones políticas, que es principalmente legitimista (que busca restablecer a los Borbones) o republicana. Los candidatos oficiales obtuvieron el 85% de los votos emitidos (5.500.000 votos). Hay dos millones de abstemios. En la oposición (665.000 votos), son sin embargo los republicanos los que obtienen votos adicionales, especialmente en las grandes ciudades (progresión de 15.000 votos en París) pero sus diputados (Hippolyte Carnot, Michel Goudchaux y Cavaignac) se niegan a prestar juramento y no pueden por lo tanto, sentarse. Sin embargo, en las elecciones complementarias de abril de 1858, los cinco diputados republicanos elegidos (Jules Favre, Ernest Picard, Jacques-Louis Hénon, Louis Darimon y Émile Ollivier) aceptaron prestar juramento para poder sentarse en el parlamento. Por su parte, los realistas no se mostraron muy activos después de las elecciones, poco a poco dispersándose y perdiéndo apoyo, lo que desencadenaría en la posterior unificación al Partido Bonapartista.
Siguiendo la progresión relativa de la oposición republicana, el emperador se niega a cuestionar el sufragio universal como lo solicita su séquito.
Atentado de Felice Orsini y endurecimiento del régimen[]
El fallido intento de Felice Orsini contra el Emperador y la Emperatriz en 1858 causó muchas víctimas y resultó en el endurecimiento del régimen. Varios altos funcionarios fueron destituidos de sus cargos, al igual que Adolphe Billault, ministro del Interior, reemplazado por el general Espinasse. La educación pública se supervisó estrictamente, se abolió la enseñanza de la filosofía y la historia en la escuela secundaria y se aumentaron los poderes disciplinarios de la administración.
El 1 de febrero se presentó ante el Órgano Legislativo un proyecto de ley general de seguridad que permite sancionar con prisión cualquier acción o complicidad en un acto realizado con el objetivo de despertar el odio o el desprecio de los ciudadanos. También dio poder al gobierno para internar o deportar sin juicio después de la expiración de su sentencia, a cualquier persona condenada por delitos relacionados con la seguridad del Estado o por delitos contra la persona del Emperador, pero también a cualquier persona habiendo sido condenado, exiliado o deportado después de los días de junio de 1848, junio de 1849 y diciembre de 1851.
La Legislatura aprobó la ley por 221 votos contra 24 y 14 abstenciones. En el Senado, solo Patrice de Mac Mahon se opuso, mientras que el Consejo de Estado aprobó el texto solo por un estrecho margen, por 31 votos contra 2732.
El general Espinasse tiene carta blanca para actuar y no se priva de aplicar sanciones a posibles alborotadores, pero a partir de marzo la ley se paraliza y no se volverá a aplicar durante el reinado de Napoleón III. Un total de 450 personas habrán sido devueltas a prisión o transportadas a Argelia; la mayoría de ellos fueron puestos en libertad a más tardar el 15 de agosto de 1859 con motivo de una amnistía general para celebrar sus victorias en el norte de Italia. Algunos como Víctor Hugo o Edgar Quinet se niegan a aprovecharlo.
El Imperio Liberal[]
Durante la década de 1860, el Segundo Imperio dio un giro liberal, en parte debido al fallecimiento de Espinasse. Así, afloja gradualmente la censura, liberaliza el derecho de reunión y los debates parlamentarios. Bajo la influencia del duque de Morny en particular, se movió lentamente hacia una práctica más parlamentaria del régimen. Sin embargo, esta liberalización parlamentaria, acompañada de la amnistía general decretada al regreso de la campaña italiana, despertó la oposición republicana. Si los republicanos y los liberales aprobaron la política italiana del Emperador así como su política comercial (en particular el tratado de libre comercio con el Reino Unido ratificando la política liderada por Richard Cobden y Michel Chevalier), le han enajenado la simpatía de los católicos e industriales. Esta oposición crítica está encarnada en particular por Universe, el diario de Louis Veuillot. Persistió incluso después de la expedición a Siria en 1860 a favor de los católicos maronitas, que fueron perseguidos por los drusos. Entonces Napoleón III se vio obligado a buscar nuevos apoyos en el país.
La reforma constitucional de 1862[]
El decreto del 24 de noviembre de 1860, complementado por el Senatus-Consulta del 2 y 3 de febrero y el 31 de diciembre de 1861, reformó la constitución de 1852. Para Napoleón III, se trataba de dar a los órganos principales del Estado una dirección más directa. participación en la política del gobierno general. Así, se restablece el derecho de dirección del Senado y de la Legislatura, se amplía el derecho de enmienda y las modalidades de discusión de proyectos de ley. Se elabora y se hace público un informe abreviado de los debates. El emperador cuenta con esta medida para contener a la creciente oposición católica, cada vez más alarmada por la política de laissez-faire practicada por el emperador en Italia. También se modifican las modalidades de discusión presupuestaria, el presupuesto deja de ser votado globalmente por el departamento ministerial, permitiendo que la asamblea ejerza un control vigilante y riguroso sobre la administración y la política del gobierno. El funcionamiento del Estado tiende entonces a acercarse al de una monarquía constitucional. El Segundo Imperio estaba entonces en su apogeo.
Esta liberalización parlamentaria acompañada de la amnistía general despierta a la oposición mientras que la mayoría parlamentaria muestra inmediatamente signos de independencia. El derecho a votar el presupuesto por sección es una nueva arma entregada a sus oponentes.
Las elecciones legislativas de 1863[]
Las elecciones del 31 de mayo de 1863 se llevaron a cabo en un contexto marcado por las dificultades económicas ligadas a las malas cosechas, sus efectos desastrosos en la industria textil, debido a la escasez de algodón, el bloqueo de las costas del sur por parte de las tropas de Lincoln, provocando quiebras y aumento del desempleo. Se presentaron más de 300 candidatos de la oposición, siendo los más numerosos los republicanos, aunque desde 1858 se exigía el juramento de lealtad a la Constitución a todos los candidatos y ya no solo a los que resultaron electos. Se contrajeron alianzas entre legitimistas (la rama falleciente de la política francesa) y republicanos, sobre todo en París. El único monárquico, pero imbuido de ideas republicanas, Adolphe Thiers apareció en una única lista compuesta por una mayoría de candidatos republicanos. Finalmente, con 5.308.000 votos, los candidatos al gobierno perdieron votos mientras la oposición obtuvo 1.954.000 votos y 32 escaños (17 republicanos y 15 independientes incluyendo a Thiers) mientras que la tasa de abstención cayó bruscamente (27%). Si por su voto, el campo y las localidades de menos de 40.000 habitantes apoyaban a los candidatos oficiales, los votos de las grandes localidades iban principalmente a la oposición. Sin embargo, importantes figuras de la oposición como Charles de Rémusat o el conde de Montalembert fracasaron en su intento de recuperar los escaños de la Asamblea.
Las elecciones van seguidas de una importante reorganización del gabinete. Aquellos como Walewski y Persigny, apoyados por los defensores del imperio autoritario, se opusieron a los reformistas liderados por el duque de Morny hacia quien se inclinaba Napoleón III. Durante la reorganización, Eugène Rouher se convierte en el hombre fuerte del gobierno, una especie de "vice-emperador". Persigny es destituido del Ministerio del Interior, remplazado por Paul Boudet, un abogado anticlerical, protestante y francmasón, mientras que un industrial saint-simoniano, Armand Béhic, se convirtió en ministro de Agricultura y Victor Duruy, un historiador liberal, asumió el Ministerio de Instrucción Pública42. En la Legislatura, los republicanos se unieron al Imperio formado con los liberales bonapartistas, del nuevo Partido Bonapartista.
Pero aunque la oposición que representaba Thiers era más constitucional que dinástica, existía otra oposición irreconciliable, la de los republicanos amnistiados o exiliados voluntariamente, de los que Víctor Hugo era el portavoz más elocuente.
Aquellos que anteriormente habían constituido las clases dominantes volvieron a mostrar signos de su ambición de gobernar. Existía el riesgo de que este movimiento nacido dentro de la burguesía pudiera extenderse al pueblo. Mientras Antea mantenía su fuerza tocando la tierra, Napoleón III creía que podía controlar su poder amenazado volviéndose nuevamente hacia las masas trabajadoras con las que mantenía su poder.
Las concesiones otorgadas por la Constitución de 1862 y en los años que siguieron aceleraron la brecha entre bonapartistas autoritarios y bonapartistas pragmáticos, sin dejar de ser insuficientes para los oponentes del Segundo Imperio. Por otro lado, la política exterior arriesgada ha erosionado gran parte de la confianza que hasta ahora había capitalizado el Segundo Imperio. Thiers y Jules Favre, como representantes de la oposición, denuncian los errores de 1866. Emile Ollivier divide al Partido Bonaparitsta modificando el artículo 45, y deja claro que la reconciliación con el Imperio sería imposible hasta que el Emperador efectivamente liberalizara el régimen.
En enero de 1867, Napoleón III anunció lo que llamó "reformas útiles" y una "nueva extensión de las libertades públicas". Un decreto del 31 de enero de 1867 sustituye el derecho de domicilio por el derecho de interpelación. La ley de prensa del 11 de mayo de 1868 abolió todas las medidas preventivas: se sustituyó el procedimiento de autorización por el de la declaración y se abolió el de la advertencia. Están apareciendo muchos periódicos de la oposición, incluidos los que están a favor de los republicanos que son "audaces en sus críticas y sarcasmo contra el régimen". La Ley de Reuniones Públicas del 6 de junio de 1868 elimina las autorizaciones previas, excepto aquellas en las que se tratan asuntos religiosos o políticos. Sin embargo, se reconoce la libertad de asamblea electoral.
Todas estas concesiones, si dividen el campo bonapartista, resultan insuficientes para los oponentes del Imperio.
Condiciones de la prensa[]
La prensa estuvo sujeta a un sistema de "fianza", en forma de dinero, presentado como garantía de buena conducta, y "advertencias", es decir, solicitudes de las autoridades para que cese la publicación de determinados artículos, bajo amenaza de suspensión. o supresión, mientras que los libros estaban sujetos a censura. Con la libertad de prensa proliferan los periódicos, especialmente los pro republicanos. El emperador había esperado en vano que, incluso dando libertad de prensa y autorizando reuniones, conservaría la libertad de acción; pero había jugado el juego de sus enemigos. Los castigos de Victor Hugo, el votante libre de Jules Ferry, El despertar de Charles Delescluzes, La linterna de Henri Rochefort, la suscripción al monumento a Baudin, el diputado asesinado en las barricadas en 1851, seguido del discurso de Léon Gambetta contra El Imperio en el juicio de Charles Delescluze rápidamente demostró que el partido republicano no era reconciliable.
Por otro lado, el partido monárquico-liberal (Thiers) se había sentido insatisfecho porque las industrias una vez protegidas no estaban satisfechas con la reforma del libre comercio. Rouher intenta enfrentarse a la oposición liberal organizando un partido para la defensa del Imperio, la Unión Dinástica, que desembocaría en el Partido Bonapartista.
La Ley Niel
Napoleón III pronto se dio cuenta de como el Imperio ya no era la potencia dominante en Europa. Si bien podría considerarse la mayor del continete en el aspecto político o diplomático, poco podía sin embargo decirsde de lo militar. Por ello, consideró necesario reformar la organización militar. La ley de reforma militar que propuso el emperador en 1866 tras la victoria sobre los prusianos tenía como objetivo modificar el reclutamiento militar eliminando sus aspectos desiguales e injustos (el sorteo, por ejemplo) y reforzar la formación. La “ley Niel” sería efectiva y transformaría militarmente el ejército.
Las elecciones legislativas de 1869[]
Las elecciones legislativas de mayo de 1869 dieron lugar a peleas callejeras, que no se veían desde hacía más de 15 años. Si los candidatos favorables al Imperio ganan con 4.600.000 votos, la oposición, principalmente republicana, obtiene 3.300.000 votos y la mayoría en las grandes ciudades. En el Cuerpo Legislativo, estas elecciones marcan la significativa retirada de los bonapartistas autoritarios (97 escaños) frente al gran vencedor, el Partido Bonapartista (166 escaños, 41 de Thiers) y los republicanos (30 escaños). Si el régimen conserva el apoyo esencial del campesinado, los trabajadores reunieron por primera vez a los candidatos republicanos por primera vez, lo que suena como un fracaso para la política de apertura social de Napoleón III. La unión entre los internacionalistas y los republicanos burgueses se convierte, por tanto, en un hecho consumado.
Tras estas elecciones, Napoleón III aceptó nuevas concesiones mientras “la violencia republicana preocupó a los moderados”. Por un senatus-consultum del 8 de septiembre de 1869, el cuerpo legislativo recibe la iniciativa de las leyes y el derecho de interpelación sin restricción. El Senado completa su transformación para convertirse en una segunda cámara legislativa mientras los ministros forman un gabinete responsable ante el emperador.
Revolución de 1870[]
Con el inicio del año 1870, más concretamente en enero de 1870, Napoleon III nombra a Émile Ollivier, de la oposición republicana, para dirigir su gobierno. Es el reconocimiento del principio parlamentario. Ollivier crea entonces un gobierno de hombres nuevos al asociar a los Bonapartistas liberales (centro derecho y centro izquierdo), pero excluyendo a los Bonapartistas y republicanos autoritarios (derecha). Él mismo toma el Ministerio de Justicia y Cultivos, el primero en la Orden del Protocolo, y aparece como el verdadero líder del Ministerio sin tener el título.
Pero el Partido Republicano, a diferencia del país que reclama la reconciliación de la libertad y el orden, se niega a estar satisfecho con las libertades adquiridas y rechazan cualquier compromiso, declarando más decidido que nunca para derrocar al imperio. El asesinato del periodista Victor Noire por Pierre Bonaparte, miembro de una rama menor de la Familia Imperial, brinda a los revolucionarios la oportunidad tan esperada durante el 10 de enero de 1870. Esta primera revuelta fue un fracaso.
Por su parte, Émile Ollivier convence al Emperador para llevar a cabo una revisión constitucional general para establecer un sistema semi-parlamentario. Los procesos de aplicación oficiales están abandonados y el prefecto Haussmann, considerado demasiado autoritario, renuncia (5 de enero de 1870). Un senatus-consulta más liberal está sujeto a la aprobación de las personas durante un plebiscito (el tercero desde 1851): 8 de mayo de 1870, las reformas están aprobadas con más de 7 millones de sí a pesar de la oposición de los monárquicos y republicanos legítimos que han llamado para votar "No" o abstenerse. Por lo tanto, se establece la constitución del 21 de mayo de 1870.
Este éxito que debería haber consolidado el imperio es solo un preludio a un gran desastre.
La comuna de París[]
Sin embargo, esto no es suficiente para los socialistas (llamados comuneros), quienes a mediados de marzo de 1870 proclaman la Comuna de París. La creación de dicha comuna ocurre en un punto muy delicado para Francia, ya que hacía poco atrás esta había sufrido varias protestas reprimidas sangrientamente por el régimen Bonaparte. La razón de esta nueva revolución tuvo lugar cuando los republicanos se alzaron todos juntos ante la negativa de seguir con las reformas. Lo cierto es que el clima político de Francia desde 1869 era aquel de enfrentamientos y conflictos entre radicales.
Napoleón III y sus partidarios tuvieron que buscar asilo en Versalles, desde donde, acompañados por la guardia nacional, suprimieron la Comuna en la llamada Semana sangrienta. Aunque consiguieron que esta revuelta socialista no se expandiera por el resto de Francia, tuvieron a cambio que pagar que, tras la entrada de las fuerzas en París, muchísimos monumentos fuesen duramente ajusticiados. Entre estos, en un acto de provocación al emperador y para demostrar que París no quería nada que ver con los monarcas, el grandioso Palacio de las Tullerías fue irremediablemente destruído. Otros importantes monumentos (Palais Jerôme, el Palacio de Justicia etc). también fueron destruídos y se perdieron innumerables documentos históricos y culturales. Los comuneros fueron duramente reprimidos después de su derrota final el 28 de mayo y deportados a la colonia de Nueva Caledonia.
Imperio democrático[]
Cambios políticos[]
La crisis política que afecta al imperio en 1870 produce que, una vez aplacado el gobierno revolucionario, Ollivier recupere el poder. Sin embargo, Léon Gambeta político líder de la oposición republicana, empieze a ganar popularidad, así como el republicanismo en general. Las nuevas elecciones de 1871, proclamadas debido a que Ollivier decide destituir su propio gobierno para contentar al medio-rebelde pueblo parisino, los republicanos están divididos entre quienes, como Léon Gambetta y los radicales, quieren empezar una guerra al extremo contra el enemigo socialista, y los moderados. Los conservadores, aglutinando diversas corrientes que van desde la burguesía liberal a los bonapartistas, se unen en torno al tema de la restauración del régimen pacíficamente. El 8 de febrero de 1871, la Asamblea recién elegida era predominantemente bonapartista: de 675 elegidos, alrededor de 400 monárquicos y 250 republicanos con una minoría de socialistas, como Félix Pyat y Benoît Malon. El 19 de febrero se instaló un gobierno, integrado por ministros de centro derecha y de izquierda moderada, encabezado por Adolphe Thiers y Jules Dufaure, quien tomó la cartera de Justicia. En su programa del 19 de febrero, Thiers invita a la Asamblea a poner entre paréntesis la cuestión del régimen para concentrarse en lo más importante: “pacificar, reorganizar, aumentar el crédito, reactivar el trabajo”.
A esto, se le añade una nueva reforma política a Francia. La destitución de facto del Consejo de Estado. La función de este pasa a la Cámara Legislativa, quedando el Consejo de Estado como una mera figura ceremonial, que ayuda en problemas de administración central y poco más.
Problemas de salud del emperador[]
El emperador sufría de coleilitasis desde 1862, teniendo varias operaciones para tratarlo de sus piedras de riñón. Sin embargo, después de pasar bajo el cuchillo en 1872, la salud del emperador se deterioró monumentalmente. Aunque llegaría a vivir por otros 20 años más, nunca pudo recuperarse del todo tras esta operación.
Dimisión de Thiers y entrada de Luis Napoleón en la política[]
Ante los fracasos de una restauración, Thiers pareció volverse cada vez más hacia la minoría republicana, y en un discurso del 13 de noviembre de 1872 afirmó su adhesión al partido republicano, al que veía como socialmente conservador y políticamente liberal. En su mensaje presidencial a la Asamblea, dijo: “La República debe existir, es el gobierno legal del país”. Los bonapartistas quieren cada vez más eliminar a Thiers. La elección de Barodet, republicano radical contra Rémusat, una de las grandes figuras del Bonapartismo liberal, en las elecciones parciales refuerza a los monárquicos en esta idea. Thiers ya no es el baluarte contra los republicanos. Preocupados por el surgimiento de grupos parlamentarios republicanos en elecciones parciales y movimientos de izquierda, especialmente radicales, los monárquicos esperan que Thiers se oponga. Este último se contenta con responderles: "Ya que sois la mayoría, ¿por qué no establecéis una dictadura?" Entendiendo que Thiers no les serviría de ayuda, la "ley china" fue aprobada el 13 de marzo de 1873, relativa a "las atribuciones de los poderes públicos y las condiciones de la responsabilidad ministerial". De ahora en adelante, si el presidente del Senado siempre puede hablar en la Asamblea Nacional, su discurso no va seguido de debates. Esto limita su tiempo de conversación y lo convierte en un monólogo. Esta ley es importante por cuanto establece definitivamente las relaciones entre la Asamblea Nacional y el Presidente de la Asamblea. El 15 de marzo de 1873, se formó una "Unión de los Derechos" en torno a Albert de Broglie para "asegurar que prevalezca una política decididamente conservadora en el gobierno". En minoría, Thiers renunció el 24 de mayo, convencido de que lo llamarían de nuevo por ser demasiado esencial. Patrice de Mac Mahon, un general legitimista que reprimió al municipio, fue elegido presidente de la República esa misma noche.
Luis Napoleón y Patrice de MacMahon[]
La elección de MacMahon como Presidente del Senado fue hecha por el ala conservadora del Partido Bonapartista, liderada por, entre otros, Carlos Bonaparte y Orleans, Duque de Marsella. Dentro de la familia imperial, Napoleón III decide retirarse temporalmente de la política, a razón de su débil estado de salud, pasando una temporada con su esposa y parte de sus hijos en la Rivera Francesa e Italiana. Por ello, relegó temporalmente sus funciones en Luis Napoleón, Príncipe de Roma, heredero al trono.
Bajo la dirigencia de Mac Mahon, de obediencia bonapartista-ultraconservadora. La tendencia es hacia el orden moral, fundado en el fomento de los valores religiosos. De hecho, al día siguiente de su elección, el 25 de mayo de 1873, pronunció un discurso en la Cámara, en el que declaró: “Con la ayuda de Dios, la dedicación de nuestro ejército ... y el apoyo de toda la gente honesta del pueblo, continuaremos el trabajo [...] de restaurar el orden moral de nuestro país”. Por ley del 24 de julio de 1873, los Bonapartistas conservadores católicos decidieron construir una basílica dedicada al Sagrado Corazón de Jesús, en la colina de Montmartre, en reparación de los crímenes de la Comuna; la primera piedra se colocó en 1875 y el edificio se terminó en 1914, para ser consagrado en 1919. Las romerías del verano de 1873 marcaron la renovada fuerza de la Iglesia en la sociedad, peregrinaciones en las que participaron numerosos diputados. Esta política abiertamente religiosa está asociada con una política ferozmente antirrepublicana, que tiene como objetivo unir a los bonapartistas en un solo partido dominante y centrado. La censura estatal golpea a la prensa republicana, que en buena parte abandona Francia.
Luis Napoleón aquí decide reformar (bajo la desaprobadora mirada de su padre) el puesto de emperador. Fingió modestia al no presidir sobre el Senado una vez llegó al poder, escribiendo:
“Me mantuve alejado y no sé nada. Quiero ser un emperador muy constitucional, porque estoy convencido de que para que Francia llegué a su verdadero potencial de prosperidad y seguridad debe dejar de ser tan inestable, y será estabilizado una vez se instaure el régimen constitucional que tan bien practican otras potencias.”
Napoleón III pasaría el resto de la década en viajes de París al sur y viceversa, hasta que finalmente fue convencido por el resto de sus hijos de dejar todo el poder en la práctica a Luis Napoleón.
Elecciones de 1876[]
Las elecciones al Senado del 30 de enero de 1876 dieron una mayoría muy leve a la derecha: la victoria escapó por poco a los republicanos, que obtuvieron 149 escaños (84 para el centro izquierda, 50 para la izquierda y 15 para los radicales), contra 151 para la derecha. (Coalición de los Bonapartistas, liderados en parte por el Duque de Marsella). Las elecciones legislativas del 20 de febrero de 1876 estuvieron marcadas por una victoria muy clara de los republicanos (360 republicanos, 200 conservadores bonapartistas) a pesar de la fuerte censura de la prensa republicana por parte del gobierno. Como era de esperar, las fortalezas republicanas unen la capital, las principales ciudades de Francia, el noreste, el sureste y el oeste del Macizo Central; el suroeste y el resto de Francia se afirman a sí mismos como bonapartistas.
Mac Mahon luego formó un gobierno de centro izquierda, encabezado por Jules Dufaure, un hombre de centro izquierda, un republicano conservador y católico. Las tensiones entre la Cámara Legislativa y el Consejo de Estado comienzan a sentirse cuando comienzan los debates sobre si unificar la Cámara Legislativa y el Senado Conservador, o si permitir la democratización del Senado. Perdiendo la confianza de la mayoría republicana, Dufaure dimitió el 3 de diciembre de 1876. Mac Mahon eligió entonces nombrar a Jules Simon, ex ministro de Thiers, profesor de filosofía en la Sorbona, "profundamente republicano y profundamente conservador", al frente de la Gobierno el 13 de diciembre de 1876. En la Cámara de este año 1877 tiene lugar un gran debate: la posible formación de un nuevo Senado Democrático. El 16 de mayo de 1877, Simon encontró en su escritorio una carta de MacMahon, diciéndole que el gobierno había carecido singularmente de energía para oponerse a medidas que él consideraba peligrosas, y que pensaba que Simon no tenía autoridad sobre dichos asuntos. Jules Simon, incapaz de resistir la oposición de Gambetta, dimitió después de que Mac Mahon pidiera una explicación el 16 de mayo de 1877. Ignorando el color político de la Cámara, Mac Mahon recordó la presidencia del Concilio de Albert de Broglie, el 17 de mayo de 1877. La Cámara se niega a votar su confianza en él, por lo que Mac Mahon la disuelve el 25 de junio. “Nos vamos del 363, volveremos 400”, afirma luego Gambetta, quien pronunciará esta famosa frase: “Cuando Francia haya hecho oír su voz soberana, créanlo, señores, habrá que someterse o dimitir. "
Elecciones de 1877[]
Las elecciones son muy animadas, y la participación en las elecciones del 14 y 28 de octubre de 1877 es excepcionalmente alta: 80,6%, es decir seis puntos más que en febrero-marzo de 1876. Los republicanos pierden 40 escaños, pasando de 363 a 323 diputados, pero siguen siendo mayoría. Mac Mahon rechaza los resultados del sufragio universal y prevé una segunda disolución, que el Senado le rechaza. Mac Mahon empezó entonces por “someterse”: el 13 de diciembre de 1877 acordó llamar a Jules Dufaure como jefe de nuevo gobierno, que incluía a personalidades de izquierda, como Charles de Freycinet en Obras Públicas. El 6 de enero de 1878, las elecciones municipales dieron mayoría republicana, y el 5 de enero de 1879, las elecciones al primer tercio de la Cámara supusieron una contundente victoria de los republicanos, que obtuvieron la mayoría de escaños (179 contra 121). Mac Mahon acabó "dimitiendo": aislado, ya sin poder contar con la Cámara y negándose a firmar un decreto de destitución que depuraba al ejército, prefirió dimitir de su función presidencial el 30 de enero de 1879. Fue entonces nombrado por presiones de Napoleón III miembro del Senado Conservador.
Se pusieron en marcha planes de obras públicas a gran escala, incluido el plan Freycinet lanzado en 1878-1879, destinado a dar acceso al ferrocarril a todos los franceses, con el fin de promover el desarrollo económico del país y abrir regiones remotas.
El Imperio Democrático y la Belle Époque[]
Los nuevos republicanos estaban, en 1879, divididos entre una centro izquierda (moderada en política y conservadora en materia social), la izquierda republicana de Jules Ferry, la Unión Republicana de Gambetta y los radicales (con Clemenceau). Las elecciones legislativas de 1881 reforzaron esta mayoría ya que los republicanos son ahora 457 contra 88 conservadores.
Jules Ferry fue la figura dominante en los primeros gobiernos republicanos de 1879 a 1885, responsable de la educación pública o de los asuntos exteriores. Luego inició una serie de reformas que afectaron a la escuela, al poder judicial y en cierto modo a la constitución.
Reformas escolares[]
En la mente de los republicanos, la escuela debería ser el medio para que los franceses luchen contra la ignorancia, "para iluminar cada día más el sufragio universal" (Gambetta) y también para ponerse al día con Europa. La escuela, por tanto, debe ser gratuita, obligatoria y laica, de acuerdo con el programa de Belleville de 1869. El principal objetivo de Jules Ferry es crear una escuela republicana que forme ciudadanos ilustrados y que pueda reunir en los bancos de los niños de la escuela que luego recibirán involucrado en el servicio militar.
Dos decretos del 29 de marzo de 1880 estipulan que la Compañía de Jesús, en gran parte invertida en educación, debe ser disuelta dentro de los tres meses posteriores a la publicación de dichos decretos, y que las demás congregaciones tendrían tres meses para presentar una solicitud de autorización bajo pena de disolución. La ley de transbordadores del 16 de junio de 1881 estableció la educación primaria gratuita en las escuelas públicas y la necesidad de que los maestros obtengan un certificado de competencia. Se complementa con la ley del 28 de marzo de 1882 que afirma la obligación de que los niños de 6 a 13 años asistan a los bancos de la escuela que en adelante sería laica. La finalización de los estudios primarios está sancionada por un certificado de estudios, otorgado después de un examen público. En cuanto al personal docente, también están secularizados por la ley del cáliz del 30 de octubre de 1886, y su formación se rige por la ley Paul Bert del 9 de agosto de 1879: cada departamento debe tener una escuela primaria de formación de maestros, los ejecutivos de estas escuelas se gradúan de la Escuela Normal Superior de Fontenay-aux-Roses para mujeres y de la Escuela Normal Superior de Saint-Cloud para hombres.
Cambios constitucionales[]
Es difícil obtener la revisión de las leyes constitucionales de 1875 porque existen diferencias dentro de la Cámara en cuanto al contenido de esta revisión, incluso entre los republicanos. Los radicales abrazan la concepción jacobina de la cámara única, resultado del voto directo del pueblo, como fue la Convención entre 1792 y 1795, y en consecuencia, quieren la abolición del Senado, así como otros van tan lejos como pedir abolir el Imperio. Por el contrario, los republicanos liberales y los Bonapartistas conservadores (y liberales) quieren mantener el Senado como contrapeso a la Cámara de Diputados. Entonces Jules Ferry defiende al Senado que, a cambio de este apoyo, cede en la cuestión escolar, especialmente en el laicismo.
Finalmente, la ley constitucional del 9 de diciembre de 1884 suprime la renovación de senadores inamovibles y modifica su reclutamiento electivo. Así también, se cambia la libertad poítica y se reconoce a Francia como un Imperio, que no podrá ser cambiado. Esot es debido a que Napoleón III para entonces tiene un breve período de mejora física, y a sus 76 años, viaja de nuevo a París para imponer orden. Dentro de su contrarreforma, Napoleón III llama a nuevas elecciones, y decide que lo mejor será convencer a la centro-izquierda de la política de unirse a la monarquía. Tras conseguir esto, el emperador promete libertades políticas.
Nuevas Libertades[]
El régimen nuevo monárquico pone fin a las medidas tomadas por el gobierno de la Orden Moral. La ley del 29 de julio de 1881 estableció un régimen liberal en materia de prensa, sustituyendo el régimen declaratorio por el régimen de autorización. La ley del 30 de junio de 1881 concede la libertad de reunión pública sin autorización que, de hecho, es sustituida por una declaración preliminar (la declaración preliminar será suprimida en 1907). A nivel social, la ley Waldeck-Rousseau del 21 de marzo de 1884 legaliza las uniones, excepto dentro del servicio público y organismos dependientes del Estado mientras que, a nivel familiar, la ley Naquet del 27 de julio de 1884 restablece la culpa del divorcio. Finalmente, desde el punto de vista administrativo, la ley del 5 de abril de 1884 consagra el principio de elección del concejo municipal por sufragio universal masculino (cada 4 años hasta 1929) y el principio de elección del alcalde y su diputado por el concejo municipal.
Boulangismo[]
Las elecciones de 1885 estuvieron marcadas por un fortalecimiento de los extremos, es decir, por un regreso de los conservadores y un fuerte empuje de los radicales. La Cámara, que se compone de tres tendencias (conservadora, oportunista y radical), es ingobernable; de ahí surge la inestabilidad ministerial. Cuando Ferry cayó en 1885, hasta 1889, no menos de siete gobiernos se sucedieron (Brisson, Freycinet, Goblet, Rouvier, Tirard, Floquet, Tirard). La opinión pública está exasperada por estos cambios perpetuos de gabinetes, y la inestabilidad ministerial crea el caldo de cultivo para el boulangismo: el antiparlamentarismo.
Además del “vals de los ministerios” que disgusta a la población, las pocas medidas sociales tomadas por los gobernadores (y en particular los radicales) despiertan el descontento de los franceses (huelga de los obreros de la construcción en París en 1888).
Pero lo que alimenta la ola de antiparlamentarismo es el escándalo de las condecoraciones, que estalla en octubre de 1887: el yerno del presidente Grévy, el diputado Daniel Wilson, se enzarza en un tráfico de legiones de honor. Este asunto empuja a Jules Grévy a dimitir. Para reemplazarlo, Sadi Carnot fue elegido contra Jules Ferry, una personalidad demasiado fuerte para un cargo que requería ser borrado. De ahí el sentimiento entre muchas personas de que los parlamentarios son una oligarquía empresarial corrupta.
A este estado de ánimo se suma el nacionalismo de venganza. Según la expresión de Barrès, Francia fue separada de sus "territorios relaes” (la pérdida de poder desde Napoleón I) y resurgió el sentimiento de venganza contra Europa. La Liga de Patriotas quiere "desarrollar la fuerza moral y física de la nación" para recuperar lo que se llevó al final de la guerra. Por tanto, aboga por el abandono de la colonización, que distrae a los franceses de su verdadera tarea, y desea el fin del parlamentarismo, que fomenta la colonización, "la gran aventura de los tiempos modernos".
Una característica del boulangismo es reunir a todos los descontentos con el parlamentarismo, ya sean los republicanos que lo ven como una oportunidad para derrocar al régimen, radicales que rechazan la corrupción y exigen medidas sociales, o nacionalistas en busca de recuperar la antigua gloria de Francia. Debemos ver en el boulangismo un movimiento heterogéneo en cuanto que reúne a personas con diferentes tendencias políticas, pero también homogéneo en que reúne a los opositores al parlamentarismo monárquico.
Oficial de izquierda, de tendencia casi radical, el general Georges Boulanger es apoyado por sus amigos de extrema izquierda (en particular Georges Clemenceau) como quien inculca en el ejército - bastión monárquico - convicciones semi-republicanas. En 1886 obtuvo la cartera de Guerra en el gobierno de Freycinet III y se distinguió con las tropas por medidas que mejoraron su vida diaria. Reemplazó el rifle Gras por el rifle Lebel e hizo popular al ejército. Aquí es también donde Drumont destila sus tesis antisemitas. Republicanos radicales y moderados en general lo aprecian en esta hora de "jacobino boulangismo" (Adrien Dansette). Boulanger se afirmó a sí mismo como un antiparlamentario y abogó por la revisión de la Constitución. Quiere, en sus palabras, dar voz al pueblo, restaurar la soberanía confiscada por el parlamentarismo. Su lema es: "disolución, constituyente, revisión".
En la noche del 27 de enero de 1889, los manifestantes lo empujaron a dar un golpe, pero él se negó.
Recuperación del poder conservador[]
La cuestión de la inestabilidad republicana vio su desenlace cuando los católicos volvieron al poder, formando un gobierno homogéneo en 1884 bajo el liderazgo de Auguste Beernaert, quien permaneció en el poder hasta 1887, y era un político de origen flamenco que provvenía de una de las regiones más ricas de Francia. Los católicos liderarían los siguientes seis gobiernos hasta el final del reinado de Napoleón III. Esto dio lugar debido a que lqa popularidad de Boulanger fue aprovechada por el Bonapartismo (ahora de ideología más conservadora en genreal) para establecer un gobierno semi-nacionalista.
Asunto Congo[]
El asunto Congo, francés: Affaire Congo, fue una serie de entramados políticos y económicos entre los que se vieron implicados el presidente de la Cámara, Beernaert; la asociación internacional africana, personalidades como el valón Adolphe Burdo, el inglés Henry Morton Stanley o el italiano Pierre Savorgnan de Brazza. El escándalo, en el que se vería involucrado el Príncipe de Roma, Luis Napoleón, consistía en una serie de entramas que tenían por objetivo la adqusición del príncipe, para beneficio de la casa imperial y de los involucrados, de una serie de territorios en el Congo. Este plan estuvo en juego de 1884 a 1885, cuando se planteaba dar independencia al país congoleño bajo pretextos humanitarios y que se convirtiere en un protectorado personal del Príncipe de Roma. Este escándalo se dio a conocer más tarde en 1886, resultando en la posterior dimisión de Beernaert, en la crítica de los diarios franceses sobre la influencia de Valonia y Flandes sobre la política imperial y en una mancha en la popularidad del heredero.
Sadi Carnot[]
En 1887 tras cerca de 3 años de presidencia tanto del Senado como de la Cámara, los católicos pierden las elecciones tras la dimisión de Beernaert por el Asunto Congo, así como la retirada (debido al escándalo de la Casa Imperial) de Carlos Bonaparte de la política. Esto llevaría al fin de la uniformidad de la Cámara, donde los republicanos cada vez reganaban más poder. Por el otro lado, Georges Boulanger, líder del grupo militrista de extrema derecha “Ligue des Patriots” también amenazaba con la instauración de una dictadura de extrema derecha, argumentando que Francia debía unificar todo el mundo bajo su gobierno, y acusando a Napoleón III de ser “blando” en comparación con su tío.
Finalmente, la Cámara decide por mayoría proclamar a Marie Fraçois Sadi Carnot como presidente. Este hombre, de extrema popularidad entre el pueblo, llevaría a Francia a un período de estabilidad. Fue en estos años que se celebraron el centenario de la revolución francesa, al que Napoleón III no pudo acceder debido a que su salud empezaba a deteriorarse gravemente, el emperador se establecería la mayoría del año en su residencia de verano en el sur, dejando el poder en el regente. El gobierno de Sadi Carnot se convirtió en uno de los más populares de la histroria francesa.
El escándalo de Panamá[]
El escándalo de Panamá fue un complejo suceso político en el que el empresario Ferdinand de Lesseps empezó a sobornar a altos cargos periodísticos, a senadores… para que ocultaran lo mal que marchaba sus inversiones en Panamá. Este caso fue de gran renombre dentro y fuera de Francia. Sin embargo, no se conocen relaciones de la familia imperial o de Carnot con Lesseps.
Fallecimiento del emperador[]
Finalmente, a la edad de 84 años en la ciudad de París, donde estaba de visita durante parte dle año. Su muerte fue lamentada por toda Francia, y junto a él terminaba el reinado más largo de la historia bonaparte en Francia, con 60 años, 5 meses y 18 días de reinado. Fue sucedido por su hijo segundogénito (que llevaba siendo regente básicamente desde 1879) Luis Napoleón, como Luis Napoleón I de Francia. Este gobernaría hasta su propia muerte en 1909.
El emperador Napoleón III falleció de una complicación tras una operación para tratarlo de su colelitiasis (enfermedad que llevaba sufriendo desde 1862) el 9 de enero de 1893 a la edad de 84 años. Sus restos fueron enterrados solenemente en la Cripta de los Inválidos, en París, donde todos los emperadores de Francia están enterrados.
Matrimonios y descendencia[]
Primer matrimonio con Luisa de Orleans[]
La cuestión del matrimonio de Napoleón III llegó a presentarse nada más este se sentó en el trono francés. De hecho, dentro de la delicada situación interna en Francia, el matrimonio del príncipe de apenas veinte pocos años llegó a convertirse en un asunto muy importante en la política francesa. Talleyrand propuso el matrimonio del emperador coon la princesa Luisa de Orleans, hija de Luis Felipe III de Orleans. Este se había ganado el apoyo del pueblo y planteaba una amenaza para Francia, aunque el mismo Luis Felipe había abdicado sus derechos sobre la corona francesa. Napoleón III intentó otras princesas europeas, pero la delicada situación con Austria también evitó un buen futuro en este campo. Abrumado y presionado tanto por sus ministros como el Reino Unido (quien no quería que el joven muriera sin descendencia), Napoleón III acepta y desposa el 9 de agosto de 1832 a la princesa Luisa de Orleans, Princesa de Orleans y del Imperio. Este matrimonio fue feliz y tranquilo al principio, pero al morir su primer hijo en 1834, tanto Napoleón como Luisa se separaron y ambos se refugiaron en los brazos de sus respectivos amantes. Entre ellos, el embajador británico a Francia, Leopoldo de Sajonia-Coburgo-Gotha, se cree que emparentó a la mayoría de hijos del monarca. Estos fueron:
- Napoleón Luis Bonaparte y Orleans (1833-1834), Príncipe de Roma, falleció joven.
- Luis Napoleón Felipe Carlos Bonaparte y Orleans (1835-1910). Sucedería a su padre con el título Luis Napoleón I de Francia.
- José Napoleón Luis Luciano Bonaparte y Orleans (1837-1905). Sería elegido Rey de .
- Carlos Luis Bonaparte y Orleans (1838-1894). Fue declarado Duque de Turín.
- María Hortensia de Bonaparte y Orleans (1840-1927). Desposó al archiduque Maximiliano de Austria.
- Eugenio Napoleón Luis Felipe de Bonaparte y Orleans (1841-1910).
Las aventuras del emperador y descendencia ilegítima[]
Napoleón III fue famoso por coleccionar amantes y vivir una vida escandalosa. Entre sus amantes más famosas se encuentran la actriz Ráchel Félix (1821-1858), la limpiadora y estudiante de medicina Eléonore Vergeot (1820-1886) y, la más famosa de todas, la adinerada Harriet Howard, quien cuidó de los hijos ilegítimos del príncipe con la anterior Vergeot, Eugène y Alejandro Bure.
Otros hijos ilegítimos del emperador junto a nobles francesas son:
- Charles Lebœuf (1864-1941)
- Jules Hadot (1865-1939)
- Bonaventur Karrer (1839-1921)
- Benoni Depuille (1830-1913)
- Georges Feydeau (1862-1921) (paternidad disputada con el Duque de Mony)
- Arthur Hugenschmidt (1862-1929). Existe el rumor que fuere el hijo de Napoleón III y la Condesa de Castilglione, Virginia Odoni
Perspectivas para un segundo matrimonio[]
Con la muerte de su esposa en 1850, Napoleón le guardó luto por algunos años. Si bien el matrimonio no siempre fue feliz y había sido de hecho prácticamente concertado por Talleyrand, Luisa era la madre de sus hijos, y Napoléón III sí que había llegado a estar enamorado de ella. En un inicio, se pensó en otro posible matrimonio para el emperador de 42 años, cortejando durante la década de los 1850 a diversas princesas como Alejandra de Baviera, hija de Luis I de Baviera y quien le rechazó debido a su mala salud. Otra princesa sería Adelaida de Hohenhole-Lagenburg, princesa de Hohenhole y sobrina de la Reina Victoria. Finalmente, le rechaza también Carolina de Vasa, de la Casa de Vasa quienes habían sido expulsados del trono de Suecia idirectamente por influencia de Napoleón, por lo que la unión estaba maldita desde el inicio.
Segundo matrimonio[]
La inmensa mayoría de princesas eran recelosas de desposar al emperador de los franceses, quien, aparte de ser mayor de edad y tener mala fama de mujeriego, había apenas un par de años atrás perdido su trono. Al final, Napoleón III se decanta por la viudez, que no le duraría mucho.
Fue en 1849 que el emperador (todavía casado y quien acababa de retomar el poder) fue presentado a la princesa granadina Eugenia de Montijo. A diferencia de Luisa, Napoleón III se sintió inmediatamente atraído por la joven princesa de 23 años, quien no le haría muchísimo caso. Católica y devota, cuando Napoleón III se le insinúa, Eugenia lo rechaza como buenamente puede.
Una vez viudo, Napoleón III se vuelve a sus amantes. Todavía encaprichado con la princesa granaína, decide invitar a los Palafox a las Tullerías, aceptándo la madre de Eugenia de buen grado, deseosa de ver a su hija convertida en emperatriz.
Eugenia, que de tonta no tiene un pelo, vuelve a ser cortejada por el emperador, que la busca como nueva figura en su harén. Sin embargo, al insinuarse con inusitado descaro, le comentó que necesitaba verla, y le preguntó cómo podría llegar hasta ella, a lo que Eugenia, con ingeniosos y rápidos reflejos, respondió: “Por la capilla, señor, por la capilla”.
Poco después, Napoleón III, completamente enamorado, decide anunciar un compromiso. El domingo 29 de enero de 1853, Eugenia se viste de satén rosa y se toca de jazmines para el casamiento civil en el Palacio de las Tullerías. Se registró el matrimonio en la Sala de los Mariscales a las 20:00 horas. A la mañana siguiente 30 de enero, Eugenia de Montijo, con 26 años, se convertía en la Emperatriz de los Franceses al consagrar su matrimonio con Napoleón III, de 45 años, en el solemne Altar Mayor de la Catedral de Notre-Dame ante el Arzobispo de París.
Eugenia tuvo una vida de esposa complicada. Le costó quedarse embarazada, así como sufrió 2 abortos (en 1854 y 1855 respectivamente). Finalmente, y tras unos consejos de la mismísima Reina Victoria, consiguió quedarse embarazada. Tras un parto difícil, la pareja tuvo a su único hijo:
- Napoleón Eugenio Luis Juan José de Bonaparte y Guzmán. Duque de Pierrefonds
La emperatriz Eugenia llegaría a ser muy influyente en la política de la época. Aunque tuvieron una unión feliz que duró hasta la muerte del emperador en 1893, Eugenia se mostró irritada de las incesables aventuras de su marido, no por las aventuras en sí sino por el escándalo que suponían.